Toallitas

Hace más de una semana
que como fideos con manteca
a menos que me inviten a comer.

el otro día
me subí al bondi
para ir a la facu
y me quedaban -36 pesos en la sube
saldo negativo
un solo viaje
y yo en Barracas
y mi casa en Glew.

llovía pero tenía paraguas
y decidí que no era tan grave
caminar quince cuadras hasta Constitución
otras quince en Avellaneda
hasta el psicologo
otras quince de vuelta
colarme en el tren
y otras diez de la estación hasta casa
porque todavía es temprano
no me da tanto miedo
y mejor guardar el viaje
para una emergencia.

Me suspendieron de mi trabajo
por feminista y fuma porro
durante cuatro meses
cobro medio sueldo.
Que al menos me alcanza
para bancar el alquiler
y comer fideos con manteca todos los días
salvo que me inviten a comer.

Porque siempre hay alguien
que te invita a comer
el otro día por ejemplo
cayó en casa Rosa
con una pedazo de torta
un vino que le afanó a los viejos
y un churrito de chalas.
Juntamos las monedas,
revolvimos cajones y mochilas
para comprar un puchito suelto.

Esas monedas
que al otro día cuando viajaba en el roca
desee tan fuerte no haberlas gastado.
¿Cómo se sabe que momento es el más oportuno
para gastar los últimos pesos?
Al lado mio había tres pibitos
el más grande tenía once o doce
no sé porque no me anime a preguntarle
porque a mi que carajo me importa
o que carajo importa que edad tienen
si son pibitos solos,
sucios
en un tren
que le gritan a los vendedores
eh amigo ¿no me regalas uno?
un chocolate, un caramelo, unas galletitas
uno solo le contesto que no podía
y yo le creí.
El resto los ignoro,
y no sé si los perdono,
pero los entiendo.

A mi los pibes no me pidieron nada
la tienen clara
se dieron cuenta que no tenía un peso
porque algo de lo zurda se me tiene que notar
la cara de llanto aunque sea.
Yo también hubiera deseado que no estuvieran,
no que no existan,
que no estén arriba de un tren pidiendo monedas,
que no tengo,
que ya no tengo,
porque le compre un pucho suelto a mi amiga
que tampoco tenía
y no me quedo para darles algo
y que se me borre toda esta angustia
de la importancia.

Ayer no daba más de la tristeza,
me comía por fuera
por dentro,
al punto de que como pocas veces
se apoderó de mis palabras.

Estoy triste, angustiada, vulnerable,
vulnerable fue la palabra que use.

Estoy triste por lo de siempre,
los problemas de fondo siempre subsisten
pero también porque no tengo un mango,
ni credito en la sube,
porque estoy acá leyendo una poesía,
augurando el fin de la derecha en Latinoamerica,
porque creo en la politica
y compartí todas las publicaciones de Chile

tantas, tantas
torturas, abusos, violaciones
y siento que no es suficiente
porque los pibes siguen cagados de hambre
y a una piba la colgaron de una plaza
como escarmiento.

Estoy triste porque la derecha
me obliga a comer fideos con manteca todos los días,
me saco del lugar de privilegio
de blanca clase-mediera
y ya no tengo para dar una limosna
porque tampoco estoy prendiendo fuego
una calle en Chile
y también porque estoy menstruando
y no tengo toallitas.